domingo, 11 de septiembre de 2011

El sol, la tierra y la luna.

Cuando el sol le prestó luz a la luna.

La luna siempre se deprimía cada vez que veía a las estrellas brillar. Siempre quiso tener luz propia o al menos luz, se sentía apagada porque nadie podía ver lo hermosa que era. Las estrellas se burlaban de la luna porque era invisible.
Un día, llegó el sol. El sol era una estrella, pero era diferente. Era más grande y más brillante, de alguna manera esto lo hacía superior a las demás estrellas. La luna le contó cómo se sentía cuando se reían de ella, el sol le dijo que siempre la iba a proteger.  El sol y la luna eran inseparables, todo el tiempo platicaban y se reían juntos. Entonces, la tierra llegó. Se puso en medio de los 2 mejores amigos y ya no se podían ver. Cada 12 horas, el sol salía a buscar a la luna y la luna hacía lo mismo. La luna estaba rodeada de estrellas y como ahora ya no tenía un sol que la protegiera, las estrellas se volvieron a burlar.

Hubo un momento en el que la luna se desesperó tanto que le dijo a la tierra cómo se sentía. La tierra dijo que iba a actuar de mensajera y que así, iba a poder “hablar” con el sol.
El sol le dijo a la luna, por medio de la tierra, que no se preocupara, que iba a encontrar una forma de que la luna no se sintiera tan sola. Al sol se le ocurrió prestarle un poco de luz a la luna, para cuando el sol se escondiera y la luna saliera,  la luna tuviera luz “prestada” por el sol.
Y así comenzó todo, por eso la luna tiene luz todas las noches, el sol siempre la está protegiendo y la llena de luz. 

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